lunes, 9 de septiembre de 2013

La Comuna es un campo petrolero

Atravesada por oleoductos y gasoductos en todas las direcciones, la comunidad de Buena Vista de Anaco y sus alrededores es una bomba de tiempo. Bajo un sol inclemente, son cientos los pozos de gas y de petróleo perforados en estas inmediaciones. El paisaje petrolero se confunde con el ganado que pasta y los sembradíos de maíz, yuca, plátano, ocumo, caraota, berenjena, ajíes…
Hace cinco años los habitantes de este sector del oriente del país decidieron organizarse en consejos comunales, después articularse en una sala de batalla social, y ahora constituirse en comuna, atendiendo siempre al llamado del comandante Hugo Chávez.

—Recuerdo —dice Petra— al comandante Chávez en el 2009 hablando de las comunas. Nos decía que nos organizáramos en comunas, y bueno, empecé con otras mujeres a discutir el asunto bajo la matica La Antena, ahí empezamos a reunirnos. Éramos mujeres de ocho consejos comunales.
De esas mujeres humildes y aguerridas nació la comuna ¡Zamora vive, tierra y hombres libres!, nombre que es un grito de batalla del llano venezolano que reivindica las luchas campesinas de mediados del siglo XIX, lideradas por el patriota Ezequiel Zamora. La conforman quince consejos comunales y más de mil seiscientas familias campesinas. Petra es una mujer joven, fuerte, de una mirada serena, desbordante de alegría. Mujeres como ella son el nervio de la comuna.
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Hace setenta años los terrenos de la comuna eran ocupados por la Creole Petrolium Corporation, filial de la Estandard Oil en Venenezuela, empresa petrolera norteamericana.
—Los gringos —cuenta Marisol— vivían aquí en estos terrenos de la comuna, apartados por los lados del casco central. El lugar se conocía con el nombre de campo americano. Allí tenían sus casas, su club exclusivo, su cine para ellos, sus campos de golf para ellos. Los gringos vivían aquí en su mundo sin importarles nada las demás gentes que aquí también vivían. Solo estaban interesados en llevarse el petróleo. Mi abuela vivía en el campo de zinc, el más pobre de todos los campos, en una casa de zinc. También estaban el campo mensual —donde vivían los que recibían su sueldo al mes: los ingenieros, los administradores, los policías— y el campo de bloque, donde vivían los obreros calificados. Bueno, aunque la verdad más allá estaba la gente que vivía en el monte.
La abuela de Marisol trabajaba en el servicio domestico de los gringos. Como ella, muchas mujeres del campo de zinc dejaban a sus familias a primera hora de la mañana y volvían al final del atardecer. “Ellas eran las cachifas de esa gente”, dice resumiendo.
Al lado de la casa comunal donde Marisol cuenta su historia los niños juegan al voleibol con una malla invisible. Varios pertenecen al grupo musical que ella dirige. Ella los besa y los abraza. “Esos niños son mis tesoros, daría mi vida por ellos. La calidad musical que tienen es mucha, cantan y tocan como los mejores de la música llanera de este país”, comenta rápidamente, abriendo una historia nueva que merece ser contada, pero vuelve sobre la historia de su abuela:
—Bueno, resulta que un buen día los gringos decidieron irse. Entonces empezaron a tumbar sus casas con una maquina. Pero ahí salieron los pobres del campo de zinc y lo impidieron. La vivienda donde yo vivo es una de las viviendas de aquellos gringos. Ahora es mía.
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Uno de los aspectos prioritarios en la conformación de las comunas es su sustentabilidad económica. No habrá comuna en Venezuela sólidamente conformada sin medios de producción. Sobre esto habla Gavilán, vocero del parlamento comunal de la comuna ¡Zamora vive, tierra y hombres libres!:
—Nosotros somos sobre todo campesinos, somos trabajadores de la tierra. Sabemos que sin la producción de estas tierras no somos nada. Esto lo comprendemos claramente. Aquí hay mucho gas y petróleo, pero de eso no vivimos. En la comuna tenemos dos tractores, y con ellos estamos aumentando nuestra producción de maíz, de yuca, de plátano. También tenemos ganado. Pero necesitamos al menos ocho tractores más para fortalecer nuestra producción. El tema productivo de la comuna lo discutimos mucho en el parlamento comunal. Para nosotros pensar y planificar nuestro desarrollo económico tiene una máxima importancia. Requerimos también un apoyo mayor de las instituciones del Estado. Las instituciones nos apoyan, pero es toda una lucha la verdad.
Gavilán levanta la mirada y habla. Exige poner la institucionalidad al servicio del pueblo organizado, al servicio del desarrollo y consolidación de las comunas. También manifiesta su preocupación por la emigración de los jóvenes de la comunidad a las ciudades, “Son muchos los jóvenes que dejan el campo y no vuelven” dice. Sobre el funcionamiento de la comuna cuenta:
—Nosotros los comuneros discutimos nuestros asuntos comunes en asamblea, ahí decidimos lo que queremos y lo que no queremos. El parlamento comunal se reúne todas las semanas. Ya nadie podrá imponernos las cosas. Aquí en la comuna estamos para que las instituciones del Estado nos reconozcan. Nosotros nos reconocemos como autogobierno comunal.
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Para el comandante Hugo Chávez la premisa fundamental en este ciclo histórico de la revolución era la conformación de comunas. El 20 de octubre de 2012, en el primer Consejo de Ministros después del triunfo electoral del 7 de octubre, indicó el camino a transitar. Es “¡Independencia o nada! ¡Comuna o nada!”, sentenció.

Son luchadores sociales como Petra, Marisol y Gavilán los actores principales de este proceso revolucionario. Sus vidas merecen ser contadas. Son sus historias extraordinarias las que hacen la historia del chavismo.

Por José Pernía 
@pepepila

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