Miguel
Francisco
@mafranciscob
Son las 5 de la mañana.
Cantan los gallos y entran rayos de sol por la ventana. Nos levantamos para la
actividad programada y nos echamos un baño de tanque y balde, con un agua tan
fría como sabrosa que de inmediato elimina el resquicio de sueño que queda. Ya
amanece en Yaguaraparo, estado Sucre, y nos recibe el amanecer con un café
recién hecho, pescado salado y arepa oriental. Allí fuimos recibidos por una
comunidad organizada que nos abrigó en sus hogares. En el seno de ésta
comunidad nos impregnamos de su mística, de la profundidad de su conciencia en
el papel histórico y la fortaleza moral que representan para la Revolución y
para la construcción de la Patria fuerte, bonita de solidaridad y de amor.
Para nosotros fue
motivante encontrarnos en una comunidad con procesos productivos consolidados
mediante cría de pollos, siembras, cultivos de cacao con medios de producción y
distribución en sus manos, además capacidades infinitas de desarrollo
sustentable. Nos hallábamos en el centro de hogares y comunidades enteras
construidas con el esfuerzo y el sudor de las mujeres, hombres y niños de la
comunidad. Nos sentíamos en el seno de lo originario, presentimos, y creo que
con certeza, que estábamos en el principio de lo nuevo, de lo que soñamos como
socialismo.
La primera actividad
fue visitar la unidad de suministros, la cual es administrada por mujeres de la comunidad
perteneciente al consejo comunal de la Horqueta de Mata Chivo. La solidaridad y
la conciencia las lleva a una práctica de rotación, con el objetivo de atender
las necesidades económicas de cada familia de la comunidad. Además, esta unidad
de suministro atiende a toda la comunidad de Yaguaraparo, distribuyendo un gran
volumen de alimentos de todo tipo, evidenciándose en ello rasgos de un fututo auto
sustento y soberanía.
Más adelante nos
trasladamos a los propios espacios de la comunidad. Fuimos siempre atendidos,
entre muchos, por Augusto y su hijo Adrian, a los que no podemos dejar de
mencionar por ser el reflejo más claro de esa comunidad. Allí encontramos más
de 100 viviendas construidas por medio de la autogestión popular, un esfuerzo
solo posible en una Revolución decidida a erradicar ranchos y llenar de vida y
color las zonas populares de nuestra patria bolivariana. Y esto no es lo único,
también habían allí 3 galpones de
producción de pollo que abastecen a la mencionada unidad de suministro; patios
de secado de cacao en varias de las viviendas que procesan el cacao procedente
de las tierras productivas de la comunidad; y una importante vía agrícola
construida solo gracias al trabajo voluntario de la comunidad, al esfuerzo y las ganas de construir Patria.
Lo más motivante de
toda esta experiencia, sin duda alguna, fue la humildad de esa gente buena, el
conocimiento y la calidad humana transmitida por ellos en todo momento. Esta
experiencia nos deja un gran aprendizaje, pues esa humildad que de ellos brota
sin pedir ni esperar nada a cambio, es precisamente la que en muchas ocasiones
es dejada de lado por nosotros en las instituciones.
En lo personal fue un
ejercicio de sensibilización y moralización que nos obligan a tener una actitud
cada día más humilde y entregada a la causa de la Revolución.Y si bien nos
arriesgamos a que estas letras parezcan un discurso mas que
expresa una realidad deseada, o incluso un descargo de esperanzas y sueños,
podemos garantizarles que no son más que el reflejo de la realidad captada por
la oportunidad que tuvimos. En todo caso, los invitamos a que vayan a esa
comunidad donde seguramente los recibirán con los brazos abiertos y los
incorporaran a la construcción de esa Patria que se vislumbra en los amaneceres
de oriente, para continuar con las duras batallas que vamos a librar y en las
que vamos a vencer en nombre del Comandante eterno.
!!COMUNA O NADA!!
!!!CHAVEZ VIVE!!!
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