Poder y situación actual
En
estos días de marchas y contramarchas que reflejan el enfrentamiento histórico
que produjo el ascenso al poder del comandante Chávez es propicio reflexionar
sobre el origen real de este conflicto. La cuestión del poder a la que el
presidente le prestó tanta atención y las enseñanzas que deja ésta coyuntura,
sirven para develar en cuerpo entero la naturaleza clasista de esta
confrontación que ha pretendido soslayarse con problemas sociales que afectan a
la sociedad venezolana.
Ahora
más que nunca manejar con audacia, creatividad y talento las variables del
poder es estratégico porque el escenario nacional parece un tablero de ajedrez
que el que mueva mejor las piezas vencerá.
Si
asumimos el poder como una relación social, que se va moviendo según las
coyunturas y sus protagonistas podemos infringirle a la contrarrevolución una
nueva derrota, porque hoy tenemos la iniciativa que no podemos perder jamás,
sólo falta que manejemos con inteligencia las variables del poder.
Esta
precisión es sustantiva por cuanto esta dirigida a concientizar al colectivo
nacional sobre los objetivos y significados de las movilizaciones de la
derecha, como también contextualizar el discurso del dialogo en el sentido de
ubicarlo en el espacio y tiempo en el que transcurre una revolución que afectó
a los grupos económicos esencialmente en la toma de decisiones políticas, aunque
todavía conservan mucho de su poder.
Sólo
la perdida del poder político, la perdida del acceso a factores decisorios y la
adopción de políticas públicas que tienen como objetivo redistribuir la renta
petrolera, ha irritado a ese sector que se expresa en la clase media, quien ha
asumido de manera radical la vanguardia
en la lucha por deponer el gobierno revolucionario.
Al
Chávez llega a la presidencia entendió, temprano, que eso no era el poder real;
sólo era una posición “privilegiada” desde donde se podía influir sobre los
factores del poder, por eso sus primeras medidas van dirigidas a cambiar
radicalmente las viejas y corrompidas relaciones de poder establecidas hasta
entonces, sino iba a ser un prisionero de una trama armada sofisticadamente
durante un siglo de tal manera que sin importar quien fuera el presidente, el
rumbo del país fuera el mismo.
Tal
como sucede en EE.UU cambian los rostros y algunos protagonistas pero la
estructura de poder y los intereses a quien sirve se mantiene inamovible y
ningún presidente toma alguna decisión que altere esa realidad.
Chávez
alteró de manera radical esa situación, lo que irritó a la oligarquía pero si
se contextualiza y se percata que esos cambios ocurren en un país que tiene
grandes reservas de petróleo es más fácil entender el origen del conflicto
venezolano.
Esta
reflexión viene al caso porque la comprensión de esos hechos permiten
comprender mejor lo que pasa hoy y no despachar el problema con la simpleza de
muchos de que “es el desabastecimiento”,
que “la inseguridad”, pero en las marchas las consignas son “Nicolás vete ya”.
El
comandante Chávez lo reiteró en 2012 "Venezuela en el siglo XIX y el
XX se acostumbró a presenciar la llegada, primero a la Casa Amarilla y luego a
Miraflores, de hombres que prometieron muchas cosas pero fueron incapaces de
hacer el más mínimo cambio. Eso se vino arrastrando desde José Antonio Páez
(...) no fueron consecuentes con las promesas en algunos casos revolucionarias.
Y en el siglo XX ni se diga de las propuestas de AD y Copei, así que no
podíamos llegar al poder y convertirnos en un fraude más por eso digo que lo
que desató el golpe de Estado del 11 de abril fue el cumplir con ese
proyecto".
Es decir el comandante
Chávez no desplazó del poder sólo una clase política sino, y es lo más grave
para ellos, trastocó las relaciones del poder para lo cual desconectó de los
centros de decisión a los grandes grupos económico y políticos alterando la
situación de manera tal que esto sectores comenzaron a sentirse marginados de
las decisiones que se tomaban desde la presidencia.
Si a eso se le agrega un
conjunto de medidas iniciales definitorias del carácter de clase del nuevo
gobierno se constatará qué es lo que provoca la enconada conspiración para
sacar del poder al Chavismo, que no ha cesado hasta ahora.
Mantener el control de
las variantes que se mueven alrededor del poder como lo hizo Chávez es parte de
su legado.
Esto quiere decir que se
requiere avanzar en factores como el poder económico, en el cual tenemos muchas
debilidades a pesar de la fortaleza de controlar PDVSA, para menguar la
influencia que todavía tienen muchos sectores en la economía nacional; tanto
que no ha permitido que se amplié el ámbito de las otras formas de propiedad
que son las que al final van a establecer una nueva dinámica de poder en el
sector económico.
Hoy, se requiere
alianzas tácticas en este sector y apoyo a un sector de la burguesía emergente
que puede ayudar a darle fluidez a la economía y superar la inflación y
desabastecimiento como los problemas vitales que enfrenta el gobierno
revolucionario.
En este sentido el
manejo de las alianzas, en coyunturas determinadas y la utilización de las
contradicciones en el enemigo son clave en el manejo del poder.
Son obvios los problemas
de la oposición. También lo es que nosotros necesitamos consolidar posiciones y
avanzar. Para ello necesitamos la construcción de un discurso para un sector de
la oposición, más cuando comiencen a vivir la realidad de otra derrota que ha
significado sus últimas acciones.
Por cierto que el
presidente Correa planteó como una de las razones de los resultados electorales
en la capital el mal manejo de las alianzas.
En este caso, el manejo
de lo mediático como un factor estratégico en el sostenimiento del poder es vital
porque en ese sector de la oposición se puede desarrollar una actividad
comunicacional de ablandamiento que tendría un efecto colateral positivo en un
sector medio bajo del Chavismo.
Es decir que el manejo
acertado de la comunicación como parte de la estrategia política y no como un
accesorio meramente informativo es esencial en esta coyuntura para consolidar
la victoria y continuar avanzando.
El manejo de lo político
dentro de ese contexto es importante. Como lo viene haciendo el Presidente Nicolás,
traerá beneficios porque está enfocado a partir del protagonismo que el pueblo
debe tener en estas coyunturas, tal como lo manejó el Comandante. Nunca antes
en la dinámica del poder se le dio el rol que hoy tiene el pueblo y sus
movimientos sociales
El ejercicio del poder político requiere mucho talento y una alta dosis de
pragmatismo, que desvincule los dogmas que muchas veces no permiten ver el
bosque completo. Necesitamos articular alianzas y estrategias con algunos
sectores que marcan la opinión pública. Por ejemplo los intelectuales nuestros,
etc.
La relación del poder, vinculando éste al movimiento
popular como legado de Chávez, es una de las lecciones que deja esta coyuntura.
Poder y pueblo es clave para darle el jalón que necesita esta revolución. La
burocratización del poder, contra la que Chávez luchó, hay que continuarla
porque en muchas circunstancias se asoma, se camufla y son debilidades que
nuestros adversarios aprovechan.
APRECIACIONES generales sobre el momento actual
Hasta
ahora la situación se ha dejado escalar peligrosamente a pesar de la respuesta
oportuna y contundente que ha dado el gobierno, es necesario dejar constancia
de la determinación que existe para enfrentar las evidentes expresiones de
foquismo subversivo que existen. Hay que llevarle el pulso a la situación que en
mi particular punto de vista, no descartaría la degeneración de estos grupos en
bandas armadas como ocurrió en Siria; no olvidemos que muchas operaciones que
realizan son montajes para la campaña que se desarrolla desde el exterior
contra nuestro país.
Toda
esta situación nos deja como lección que estos sectores están dispuestos a todo
con tal de desalojar al chavismo del poder. Sus poses sobre el diálogo son
teatrales, respuesta a un auditórium que apoya el entendimiento por falta de
“fuerzas” como para lanzar una contraofensiva final contra la revolución.
Creo
que seguimos cargando con el complejo de que nos califiquen como dictadura y
muchas veces ablandamos nuestro accionar procurando reconocimiento en algunos
sectores que nunca lo harán.
El
comandante Chávez hizo todo para demostrar que esta era una revolución
democrática, nunca le creyeron. Apelamos a los 18 procesos electorales y
tampoco sirve para persuadir al sector dominante de la oposición que hay que
respetar reglas democráticas.
El
problema medular es el carácter de clase de este proceso y estos días han
servido para agudizar esa contradicción esencial donde cabalga el conflicto
venezolano, por eso sin animo de promover confrontaciones estériles la salida
es la derrota, no sólo electoral sino en la calle. Debe producirse un evento
muy “especial” que los “convenza”
transitoriamente donde reside el póder.
EL PROBLEMA DE SIEMPRE: LA COMUNICACIÓN
No hace mucho tiempo que para adueñarse
del poder político en un país era suficiente controlar el ejército y la
policía. Hoy, sólo en los países subdesarrollados los generales fascistas
recurren todavía a los carros blindados para dar un golpe de estado. Basta que
un país haya alcanzado un alto nivel de industrialización para que cambie por
completo el panorama: el día siguiente a la caída de Kruschev fueron sustituidos los directores de
Izvestia, de Pravda y de las cadenas de radio y televisión; ningún movimiento
en el ejército. Hoy, un país pertenece a quien controla los medios de
comunicación.
“Los medios de comunicación de masas no
son portadores de una ideología: son en si mismo una ideología” (Umberto Eco.
“Para una guerrilla semiológica”, libro: “Estrategia de la ilusión”)
El
área mediática y el lobby internacional han sido utilizados intensamente en
esta fase actuando de manera más coordinada que en el pasado. La agresión
mediática en esta coyuntura ha sido intensa, sostenida con el objetivo de
neurotizar a ese pequeño sector de la clase media, permeable a asumir las
posiciones más ultraderechistas y convertirlos en “fuerza de choque” de la
contrarrevolución. Este dato es de gran importancia si apelamos a la memoria
histórica del comportamiento de la clase media en los procesos políticos.
La
Alemania de Hitler y el Chile de Pinochet nos arrojan experiencias de gran
utilidad para tener conciencia del modelo comunicacional y cultural que
necesitamos crear para enfrentar esta situación.
De
esto se ha hablado mucho pero se ha avanzado poco en la estructuración de una
política comunicacional dirigida específicamente a contrarrestar esa estrategia
de neurotización ideológica de sectores medios.
Esto
requiere atención prioritaria porque en ese sector se esta incubando un odio
racial, incontrolado que puede crear una situación especial donde el discurso
de la paz carezca de sentido porque se dejó crecer el monstruo y se requiera
adoptar otras medidas para contener un avance del sector fascista de la
oposición.
Es
necesario articular una estrategia comunicacional que, aunque su enfoque sea global,
segmente sus componentes según la estrategia política para poder contrarrestar
con efectividad esa arremetida internacional.
Por
ejemplo, hay que delinear objetivos como el señalado anteriormente (clase
media); de igual manera lo económico y estudiantil requieren un tratamiento
comunicacional especial, dentro de un concepto general por ejemplo: “PATRIA
PARA TODOS” y crear piezas comunicacionales dirigidas a los sectores medios, a
explicar la guerra económica o las razones del desabastecimiento y la
inflación, destacar el protagonismo de la juventud y los estudiantes en esta
revolución, etc.
En
este trabajo merece atención particular las redes sociales, las cuales
requieren un tratamiento más organizado en el sentido de unir los distintos
esfuerzos que existen bajo un lineamiento para disparar hacia un solo objetivo
aunque existan particularidades. Se trata de un uso más eficiente del
contingente de expertos que tenemos en esta área.
La
falta de iniciativa y el oportuno contraataque ha signado nuestra actividad
comunicacional. Una política comunicacional no se reduce a cadenas y respuestas
de los dirigentes del PSUV y el gobierno. Eso debe ser el complemento de una
estrategia de comunicación.
Como
planteaba el comandante Chávez ”…una de las cosas esencialmente nuevas en
nuestro modelo es su carácter democrático, una nueva hegemonía democrática, y
eso nos obliga a nosotros no a imponer, sino a convencer, y de allí lo que
estábamos hablando, el tema mediático, el tema comunicacional, el tema de los
argumentos…”
LOS ESTUDIANTES: punta de lanza de la conspiración
En
esta coyuntura mención especial requiere el tratamiento a la juventud y los
estudiantes en particular. El discurso de la derecha se apoya en una presunta
rebelión de los estudiantes. Es el sector social que utilizan para apuntalar
muchas movilizaciones y justificar muchas de sus acciones absurdas porque los
estudiantes le lavan la cara tanto al grupo fascista que actúa como a la MUD,
que luce perdida en medio de sus contradicciones.
La
estrategia de las revoluciones de colores se apoyó esencialmente en los
estudiantes porque es un sector muy permeable, anda en la búsqueda de un
sentido a su vida, definiendo perspectivas, la rebeldía es parte de su modo de
ser y quien logre canalizarla obtendrá el respaldo juvenil. Al caso venezolano
hay que agregarle el origen social porque ellos son en buena medida una replica
de sus padres.
Nosotros
necesitamos organizar y movilizar mejor este sector no es comprensible que casi
un millón de jóvenes a quienes Chávez les abrió la oportunidad de estudiar
estén como observadores, aunque activos algunas veces, de lo que pasa en
nuestro país.
Necesitamos
dar una demostración más contundente de que somos mayoría en el seno de los
estudiantes, divulgar los logros gigantescos que la revolución puede mostrar en
el área educativa.
El
debate actual tiene dos escenarios a los cuales prestarle particular atención:
Los estudiantes y los medios. Es una debilidad y fortaleza a la vez de la
oposición, porque no logran movilizar a otros sectores de la sociedad pero con el apoyo mediático internacional crean la
impresión de que cuentan con el respaldo de los estudiantes venezolanos.
Parte
de nuestra estrategia mediática debe ser proyectar ante el mundo la fuerza
juvenil de la revolución bolivariana comenzando por sus dirigentes
fundamentales.
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